A casa de un tinterillo
llegó un dia un litigante
porque un picaro tunante
no le pagaba por pillo
una cuenta a su bolsillo;
le hizo un relato fiel
de todo el préstamo aquel
i le mostró el documento,
dijo el letrado al momento:
—«si es así, se jode él»
—Pero, señor, es el caso
como lo debe jurar,
no tiene con que pagar
le dice al letrado el guaso;
por eso he dado yo el paso
de ocurrir a su mercè
a que me diga que haré
en trance tan apurado;
i le replica el letrado:
—«si es así, se jode usté»
—Pero es mui rico el papà
i es un señor delicado,
viendo a su hijo demandado
yo creo que pagarà;
el hijo no negará
lo que dice este papel,
i el padre aunque sea cruel
cancelará al fin de fiesta
i el letrado le contesta
—«si es así, se jode él»
—Pero el deudor me ruega
que a su padre no le avise
porque en tal caso me dice
que hasta la firma me niega
i el tramposo aun me agrega
que huiria a Santa Fé;
con que, mi doctor, ya vé
que el caso no es tan sensillo
i replica el doctorcillo:
«si es así, se jode ustè»
El huaso con mala cara
viéndolo así contestar
se quiso al punto marchar
pero el letrado se para;
i exijió que le pagara
el litigante a su vez;
el huaso con altvez
al instante replicó:
—«se jode él, me jodo yó,
nos joderemos los tres».
Nota: verso publicado por José Arroyo, ver.