Ya se colmó la medida
con esta conjuracion,
ya no habrà contemplacion
contra la audacia atrevida;
con la sancion merecida
se vá a castigar ahora
la sedicion que a toda hora
està sembrando el espanto;
vendrá el castigo por tanto
ejemplar i sin demora.
El sábado a la una
los ciervos de Balmaceda
en la Plaza i la Alameda
hicieron la pilatuna;
la hicieron como ninguna
porque sangre se vertió;
a un policial se mató
i dos salieron heridos
pero a dos de los bandidos
un otro los capturó.
Aunque con indignacion
como todo buen chileno
hago esfuerzo i me sereno
para hacer la narracion:
por cordura y prevision
Tobias Barros Merino
tuvo aviso repentino,
estando en los Tribunales,
de que los dictatoriales
harian su desatino.
Este Sarjento Mayor
fué a la Comandancia de Armas
i anunciando las alarmas
se fué a ver al rededor,
con un sarjento menor
por si encontraba señales;
halló dos ex-oficiales
de la brutal dictadura
i al verles la catadura
los capturó por iguales.
Eran estos dos sujetos
uno Euth i otro Videla
los cuales como mistela
caminaron con respetos:
pero aunque iban quetos,
al ver al señor Novoa
le quiso Euth poner la proa
de su revolver al pecho
pero éste al notar el hecho
de un trompon ladeó a la boa.
Para atacar la Intendencia
habia otra agrupacion
que estaba en observacion
en la Plaza Independencia;
pero casi a cierta ciencia
de sus depravados planes
se les fueron dos guardianes
i ahí los tomaron presos
se fueron haciendo lesos
para lograr sus afanes.
José Domingo Briseño
ex capitan según creo
al llegar frente al Correo
a bala mató a su dueño;
Varela con todo empeño
tambien hirió a Moises Briso;
i sin esperar permiso
Briseño arrancó al Portal
pero un otro policial
lo capturó de improviso.
Le tocó al Juez, señor Prado
entender en este asunto
i sin descansar un punto
el sumario ha terminado,
ya la vista ha presentado
el Fiscal Urzúa Gana;
habrá justicia temprana
como la nacion lo exije,
¡què no venga un otro pije
a renovar la jarana!
Para apagar esta fragua
el sitio ha venido en pago
para O’Higgins i Santiago
Valparàiso i Aconcagua;
arrancaron como tagua
los que estaban en monton
viendo llevar a prision
a sus demas compañeros.
¡Con semejantes guerreros
tamaña revolucion!
En varios cluses sociales
en vista de estos sucesos
se juntaron dos mil pesos
para la viuda i sus males
de Manuel Jesús Gonzalez
el guardian asesinado;
¡pàguese así al abnegado
que cuidando el bien ajeno
ha caido como bueno
por el brazo del malvado.