El ochenta i nueve un dia
i con Balmaceda; el santo,
renunció el famoso Canto
ser jefe de Policia;
era el tiempo en que habia
tantos meetinga popu[l]ares
donde iba jente a millares
en la estatua San Martin;
los dirijia Poupin,
se vaciaban los hogares.
Asi como lo sé yó
lo sabe todo Santiago,
Balmaceda de un amag[o]
a todos los enderró;
i si Canto protestó
bien lo dijo su desgracia
¡cómo no me ha de hacer gracia
oir a los que puso el yugo
apellidar al verdugo
«Mártir de la Democracia»
ROLAK