Nos cuenta la tradicion,
que en época mui remota
nos dió la susperticion
muchos brujos de gran nota.
Reinaba la tiranía,
el gran Pueblo era un enano,
que acariciaba la mano
de quien su cuello oprimía,
aun la llama no ardia
que la francesa nacion,
con su gran revolucion
prendió en el siglo pasado.
Vivia pues maniatado
nos cuenta la tradicion.
Era el ser un instrumento,
el pensar le era vedado,
su sino estaba marcado:
alhagar al opulento,
enjaular su pensamiento,
resignarse a ser idiota,
pues si alguno se alborota
i quiere botar el yugo
era carme del verdugo
en época mui remota.
El fraile por otro lado
lo tenia embrutecido
i nada le es permitido
hacer sin ser consultado.
habian tambien formado
una cruel corporacion
que se llamó inquisicion.
Esta sanguinaria herencia
por locura o por demencia,
nos dió la susperticion.
Abrióse paso violento
al travez tanta bruma,
como blanquesina espuma
sobre hondo mar turbulento,
uno que otro gran talento
de donde la invencion brota
pero temiendo ver rota
la cuerda de su existencia,
se ocultaban de la ciencia
muchos brujos de gran nota.
Este sabio temeroso
de la vil persecucion
preocupaba la atencion
por su porte misterioso.
Nunca faltaba un curioso,
a quien la fama sedujo,
que haciendo de saber lujo,
afirma verlo de noche
salir con el diablo en coche
i lo llamaban… ¡¡El brujo!!
ROLAK