Una bruja conocida
en la calle de San Pablo
dice la gente afligida
«que se la ha llevado el diablo»
Desde hacía tiempo mucho
una tal Jacoba Màrquez
mas conocida que el parque
por su lengua de serrucho,
habitaba en un cambucho
de totora carcomida;
nadie sabia su vida
ni en lo que el tiempo pasaba,
pero el barrio la llamaba:
«una bruja conocida».
Un dia de gran calor
lo fue a ver una mujer
a quien tuvo que vender
un filtro para el amor;
la mujer en el licor
echó el filtro de que hablo;
como herido con venablo
cayó el amante al tomarlo,
sin que pudiera librarlo
en la calle de San Pablo
La niña desesperada
maldijo en aquella hora
a la bruja vendedora
que la hiso tan desgraciada;
yo no sé si fué escuchada
la maldicion merecida,
pero como la homicida
del rancho despareció,
«que el Diablo se la llevó»
dice la jente aflijida.
El barrio está embolismado
i es tanto el susto que sufre
que hasta siente olor azufre
donde el rancho está situado
i como han puesto candado
en la puerta del establo
[aunque me digan que entablo
escucion sobre este punto]
dice el barrio todo junto:
«que se la ha llevado el Diablo»
Mientras tantos se repleta
de resos toda damita
i en santos i agua bendita
gastan mas de una peseta
nadie sabe bien la treta
de la cabeza a los pies;
verdad mui segura es
que el Diablo la ha llevado
porque paga su pecado
entre las garras del Juez.