Sábado en la noche asiento
según cuenta un croniquero,
fué el barrio del Matadero
de un doble crimen sangriento;
a las diez se oyó un lamento
i gritos desesperados
de machos i hembras mezclados
produciendo algarabía;
pero es plato del dia
la bulla por esos lados.
Como el bullicio seguia,
gritos de auxilios i llanto
la vecindad entre tanto
fué a ver lo que sucedía;
luego este cuadro veia:
dos hombres desventurados
en propia sangre bañados
i diciendo, entre clamores,
que entre muchos malhechores
habian sido salteados.
El lugar del hecho està
en barrios algo lejanos
de los carritos urbanos
una cuadra mas allá;
tambien el lector sabrá
que uno al rato murió
i al otro lo recojió
una familia que en coche
iba por ahí esa noche
i al hospital lo llevó.
Daba lástima mirar
aquel jentío prolijo,
llevaba uno un crucifijo
otro ayudaba a rezar;
los demas con el llorar
ayudaban a sentir;
no se pudo conseguir
pillar a los criminales
que por robar cuatro reales
a dos hicieron morir.
Los nombres en este caso
es para mí, cierta cosa;
uno es Siverio Espinosa
i el otro ee Lùcas Lazo;
este es el del fracaso
i el tal Lazo habia sido
comisionado atrevido
en otros tiempos mejores,
conoció a los salteadores
por quienes ha sido herido.
ROLAK