Yo surcaba el sendero de la vida,
exento de amargura i de dolor,
como la golondrina complacida
juguetea en el prado a su sabor,
como el arroyo que del alto monte
deciende jugueton a la colina,
bañado con la luz del horizonte,
corbata azul de plata, peregrina,
sin hallar una valla en su camino
que desvie su curso rectilno
ni espumée su fluido brillantino
ni lo convierta en bravo remolino,
como travieso pez que se dezlisa
por las salobres aguas del océano,
mansamente movidas por la brisa
de un crepúsculo bello de verano,
como en fértil, espléndida llanura
retosa el inocente corderillo
con avidez mordiendo i con dulsura
la yerba salpicada de amarillo,
como en los años de la edad primera
goza i se rie el tierno pequeñuelo,
embriagado en eterna primavera,
en placer i deleite, flor i cielo,
como púber que a lúbricos placeres
incanto, no abre su inocente pecho,
para que depositen las mujeres
en su interior un huracan deshecho.
Pero asi como a dias de verano,
suceden los de invierno,
el pesar, al deleite soberano,
a la gloria, el infierno,
asi como el arroyo melodioso
se convierte en torrente,
en horrido pantano i asqueroso
la cristalina fuente,
asi como la casta, virjen, pura
se vota a corrompida
i pone precio vil a su hermozura
para siempre perdida,
asi como la encina poderosa
que se erguía altanera,
yace tendida al golpe quejumbrosa
de la tormenta fiera
continuarà
ROLAK
Nota: este verso continua en esta lira.