En el momento en que escribo
el público està impaciente
por saber lo que hai pendiente
o lo que habrà de efectivo
del ultimatum altivo
en el cual don Harrisón,
gefe de aquella nacion
llamada Estados Unidos.
en ultrajantes sentidos
nos demanda esplicacion.
De una manera formal
la consecuencia se entiende,
se sabe lo que pretende
el coloso de metal,
nos exije un dineral
i el retiro de una nota
obra del bravo patriota
don Manuel Antonio Matta
i si nó, como a una rata
nos aplasta con su bota.
Para el caso que este asunto
concluya por rompimiento
podrá ver el firmamento
una moderna Sagunto;
pero en mirarnos difunto
del yanke es el interés;
ser patriota es honra i prez
pero que quiera una araña
pelear con una montaña
es solo una estupidez.
Si como satisfaccion
nos pide un tonel con oro
hai que darle ese tesoro
como se entrega a un ladron,
hai que quitar la ocacion,
de que nos venga a tragar;
el mundo sabrá apreciar
que en lugar de valentía
es en ellos cobardía
que nos venga a provocar.
Nos abunda la enteresa
pero no es saber pelear
el procurar enterrar
un clavo con la cabeza;
si roban nuestra riqueza
serà a costa de su gloria
pues grabado en la memoria
tendrá siempre el universo
que aquel pueblo de perverso
echó un borron en su historia.
Nota: se refiere al incidente conocido como el Caso Baltimore (1891-1892) y al 23º presidente de EE.UU. Benjamin Harrison (1889 – 1893)