Lector: tengo que contarte
un drama sério i sangriento
que en desgraciado momento
pasó en la noche del màrtes;
ya circula en todas partes
aquella noticia cruel;
ha sido el asiento dél
mui cerca de la Alameda
i por la oriente vereda
de la calle San Miguel.
El sujeto victimado
con esta enorme desgracia,
no es de la aristocracia
aunque es notable abogado;
este señor desgraciado
es Luis Cisternas Moraga;
i aunque el hecho se propaga
aunque yo no lo relate,
no es razon de que me trate
nadie mal porque yo lo haga.
Pónganse pues a escuchar
pues principio sin mas ver:
poco despues de comer
este señor se fué a echar
en una silla a mirar
a sus hijos que jugaban
i en la pieza correteaban
perseguidos con esmero
por un perrito faldero
que ahí en la casa criaban.
Allí estaba muellemente
este buen padre modelo,
cuando rodó por el suelo
un hijito de repente;
se paró inmediatamente
con el fin de levantarlo,
pero ¡ai! al ir a tomarlo,
uu revólver de bolsillo
hizo jirar su gatillo
sin que pudiera evitarlo.
El tiro que se escapó
de tan trájica manera,
agujereó la pechera
i en el corazón le dió;
las dos manos se llevó
hácia la rejion herida
i con el alma transida
i de horrible angustia llena
pudo comprender que apena
tenia un rato de vida.
Su hijita mayor en tanto
fué al interior de la casa
i contando lo que pasa
sembró en todos el espanto;
sumida en amargo llanto
la familia allí llegó;
en cuanto a la niña vió
mas linda que una camelia,
alcanzó a decirle ¡Ofelia!
i en el momento espiró.
Conociendo que la llama
vital se iba a estinguir,
arrastrándose pudo ir
hasta el borde de la cama;
mas cuando ya se encarama
el pobre no pudo mas,
porque la muerte falàz
lo cubrió ahí con su sombra,
cayendo sobre la alfombra
para no alzarse jamás.
No es dificil sospechar
la enorme consternacion
i la dura situacion
en que ha quedado ese hogar,
una desgracia sin par
cuanto mas inesperada,
forjó con mano malvada
seis huérfanos i una viuda
de una manera tan ruda
que no es para relatada.
Despues como era preciso
i es de reglamento i uso
la policía se puso
en el mismo pasadizo;
ese dia el juez no quiso
r.por estar constipado
i esa familia ha pasado
por este nuevo motivo,
a mas de un pesar tan vivo
un tormento prolongado.
Ahora verás lector
supuesto que has escuchado,
si lo que yo te he contado
es o nó drama de horror.
¡Cuando se sebó el dolor
de una manera tan dura
en agostar la hermosura
i atormentar la inocencia!
Crea usté en la Providencia
i en la sagrada Escritura!
ROLAK.