El domingo regresaba
por la noche hasta su choza,
una colona graciosa
que a una amiga visitaba;
en la calle la esperaba
un par de fasinerosos,
que como perros rabiosos
por la fuerza la agarraron
i despues que la violaron,
hicieron de ella destrozos.
Alguen vió con estrañeza
a la pobre, asesinada
i del tronco separada
totalmemte la cabeza
i en medio de sangre espesa
donde se hallaba tendida,
[en cada miembro una herida)
han dejado intencional,
el carnicero puñal
con que ha sido acometida.
Ademas se les quedó
al costado de una mata,
una cuchara de lata
que un policial recojió;
mui luego se sospechó
por estas solas señales,
que son estos criminales
del carril, trabajadores;
estos no son salteadores
ni verdugos, ¡SON CHACALES!
Una amiga que venia
a dejarla a su apocento,
hacia solo un momento
que por suerte se volvia;
si no es por esto, seria
el delito mas atroz,
pues sin auxilio de Dios
en esos tristes caminos,
los brutales asesinos
hubiesen muerto a las dos.
Ya se puede comprender
el horror de este delito,
cometido, el mui maldito,
en una niña mujer
que no alcansaba a tener
dieziseis años cumplidos.
Los padres mui doloridos
lloran hoi su triste suerte,
al ver presas de la muerte
aquellos restos queridos.