Idolatrado i glorioso
vuelve de la expatriacion
al ceno de la Nacion
el gran Salvador Donoso.
De pié todos los chilenos;
llega el digno sacerdote
el de mayor templo i dote
que figuró entre los buenos!
den los cañones sus truenos,
la Nacion vista de gozo,
haya placer i alvoroso
desde de Pisagua hasta Lota,
que ya llega el gran patriota
idolatrado i glorioso!
Luchando a brazo partido
con el valor de un Templario
por su celo estraordinario
fué del Tirano temido;
por eso fué perseguido
hasta dar con su rincon;
la ley i la relijion
fué su brújula i bandera;
siendo del clero lumbrera
vuelve de la expatriacion.
Por un Tribubal juzgado
de vil i feroz instinto
junto con el Señor Pinto
a muerte fué condenado;
el fallo fué conmutado
a dura relegacion
i el valeroso campeon
se embarcó por Talcahuano,
quitando tan gran cristiano
al seno de la Nacion.
Grandes penurias pasó
aquel sacerdote heroico
pero con valor estoico
todas ellas soportó;
en Valparaíso vivió
en oscuro calabozo;
jamás se mostró quejoso
de tan gran padecimiento
pues era todo ardimiento
el gran Salvador Donoso.
Su destierro i sus cadenas
no le causan el disgusto
que al Arístide, el Justo,
aquel que le impuso Atenas,
porque las Leyes chilenas
a él no lo han centeciado,
sino el déspota malbado
que a la Patria mancilló
¡El pueblo que lo lloró
lo recibe alborosado!