Pasado el rio Lujan
en “El Tigre” que es verjel
Bullrich tiene un hotel
en donde a pasearse van,
ahí alhojados están
Joaquin Lebron i su esposa
niña joven, buena moza
desde tres años casada,
pasando la temporada
del verano calurosa.
Anjélica era llamada
esta joven tan galana
i era hija de una hermana
del dueño de esa morada;
su esposo, persona honrada
natural de Andalucia
un buen empleo tenia
pues era Procurador;
la fortuna su favor
le brindaba dia a dia.
El matrimonio mui bien
estaba ahí alhojado
con agasajo i cuidado
i él viajando mucho en tren;
i las personas que lo ven
yendo en viaje a la ciudad
cual si la felicidad
desbordarse pretendiera
como sospechar siquiera
tan cerca la tempestad!
A pesar que satisfecho
creian ver al esposo
el temporal mas odioso
tenia dentro del pecho,
al abandonar el lecho
para ir a la poblacion,
donde iba sin variacion,
oia una voz ingrata
que decia: ¡mata, mata,
sangre, cuchillo, panteon.!
Llegó la hora por fin
llegó el instante angustiado
en que se sintió abrasado
el cerebro de Joaquin;
viniendo ayer de un jardin
con el semblante algo raro
pasó el rio i con descaro
dijo al pasar al botero,
con tono mui placentero
i finjido: ¡addío caro!
Fuè al hotel como cualquiera
i entró a su habitación
una piesa con balcon
para el costado de afuera
habia un señor Mosquera
que de Bullrich era yerno
quien mirando a su hijo tierno
jugar con una callana
i al mirar a la ventana
vió esta visión del infierno:
En la ventana asomada
del pecho sangre manando
auxilio estaba implorando
Anjélica ensangrentada,
tanta sangre derramada
se corria por el muro
i al mirarla en tal apuro
i a merced de su marido
Mosquera mui conmovido
quiso servir de seguro.
Llegó jentío a la puerta
i despues de gran trabajo
pudieron echarla abajo
para observar la reyerta;
Anjélica estaba muerta
i boca abajo tendida,
por todas partes herida
con diez golpes de puñal
i el marido criminal
tambien yacía sin vida.
Habia entre hombre i mujer
una gran navaja abierta
i nada en manera cierta
esplica este proceder;
solo se puede entender
este proceder tirano
por una carta a un hermano
que a este trozo dà abrigo:
«querido hermano, conmigo
no se juega sucio en vano»
Escribió a su padre Juan
i a su hermano don José
dejàndolos en buen pié
i que en Málaga se estan,
a un tal Ayarragarán
le pide de un modo franco
que un boleto de Banco
por diesisiete mil pesos
le mande a ese par de lesos
pue estaban ccmido chanco,