A LOS AMANTES TIMIDOS

¿Qué haran dos que amando se
       [hallan
al fuego de una eentella?
Ella de vergüenza calla
i el calla de temor de ella.

  ¡Qué dulce es i encantadora
la pasion correspondida!
cada instante nueva vida
es para quien asi adora;
mas cuando el amor devora
i los corazones callan,
cuando en deseo batallan
i el pecho en silencio late,
para salir del combate:
¿qué haran dos que amando se
       (hallan?

  No hai mas remedio que hablar
si no es delito querer
tampoco lo puede ser
su sentimiento esplicar;
nadie se puede quejar
si antes no prueba su estrella;
pues no es la mejor la huella
de esos mudos amadores
que consumen sus amores
al fuego de una sentella.

  Ni como se ha de esperar
se anticipe una hermosura
en quien el pudor apura
el precepto de callar:
si se quiere examinar
si terca o amante se halla,
provóquese a la batalla
que sin duda no hará estrago,
si al romperla por alhago,
ella de vergüenza calla.

  Ojos del bien que yo adoro,
jugàdmele una traicion;
mostradme su corazon
a pesar de su decoro,
yo debo hablar no lo ignoro
pero, si esa ingrata bella
con fatal sentencia sella
de sus labios el valor,
mata con ella mi amor
i él calla de temor de ella.

       ROLAK.

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