Clemedot, es un obrero
que el mes de Octubre pasado,
llegó a su casa cansado,
despues de un trabajo fiero
en su oficio tonelero.
Se sorprendió mucho ver
que no estaba su mujer,
i como al fin no la halló
la puerta desarrajó
de su pequeño taller.
¡Que cuadro desgarrador!
en cuanto se abrió la puerta
se dió con su esposa muerta
el pobre trabajador;
vió tambien al rededor
entre los muebles sangrientos,
casi todos los fragmentos
del cerebro machacado.
¡Quedó el pobre anonadado
con tan tristes sentimientos.
En el velador se ostenta,
de un armario, un cajon blanco
que monedas de a un franco
tuvo hasta ciento cuarenta,
monedas que en buena cuenta
y a no se hallaban en él;
esto esplicaba el pastel
i el móvil del criminal:
por robarse ese caudal
mató del modo mas cruel.
Al frente de esta vivienda
vivia nn joven muchacho,
quien dijo con mucho empacho:
que hallándose en la merienda,
vió dentrar por esa tienda
i salir para la calle,
un hombre cuyo detalle
lo dió tan cumplidamente,
que dió trabajo al Ajente,
buscándolo sin que lo halle.
No tardó la Prefectura
en tomar preso al chiquillo
i desde entonce el ovillo
mostró su hebra segura;
lo rejistró con premura,
lo acosó de tal manera,
que le halló en la faltriquera
nna cantidad de reales,
que con los gastos cabales
hacian la suma entera.
Como no pudo negar
[porque todo estaba claro]
con el desplante mas raro
tuvo al fin que confesar;
estaba hecho a visitar
a la señora el pilluelo,
la que no tuvo recelo
en señalarle el armario
i el pequeño presidario
en robarle puso celo.
Fué la señora a la Plaza
i como él la vió salir
no se pudo resistir
i se introdujo en la casa;
le fuè la fortuna escasa
pues la señora volvió
i como ella lo pilló,
toma el chico una herramienta
i el cràneo le revienta
i en seguida la encerró.
Se lava i pone candado
al cuarto con mucho afan;
José Benito Perman
se llama este desgraciado.
El Juez lo ha condenado
a veinte años de cadena;
libró de la ùltima pena
porque su edad lo salvó.
Esto en Paris ocurrió
el once de Octubre apena.
ROLAK.