El conductor del tranvía
último de Providencia,
sintio gritos de clemencia,
hàcia un lado de la via
i lleno de cobardía,
en lugar de dar señales
i espantar los criminales,
so pretesto que era tarde
no escuchó mas el cobarde
i azotó los animales:
De regreso a la Estacion
la jente que en él venia,
casi en la línea veia
venir una prosecion;
por una conversacion
se supo que la cuadrilla,
traia en una angarilla
a un hombre apuñaleado,
en tan lastimoso estado,
que si vive, es maravilla.
Por deber de humanidad
lo llevan al Hospital
i obra asi cada cual
mejor que la Autoridad.
Es una barbaridad
como progresa el delito,
por quítame allá un pelito
se saca el puñal i el tonto
i se maman lo mas pronto
!al mas pintado i bendito!