LOS BROMISTAS BURLADOS
[chistoso cuento]

  Por saber lo que era un Rei,
un rústico campecino
dejó en medio del camino
yugo, arado, chuzo i buei:
llegó por fin a las seis
al palacio del Monarca,
con la calma de un Patriarca
se estuvo al sol todo el dia
para ver si distinguia
la real i deseada marca.

  Despues de mucho esperar,
por el Rei le preguntó
al primero que pasó,
con interes singular;
no fué poco su rabiar
al tener conocimiento
que el Rei en ese momento
a su lado se encontraba;
¡cuando él se lo imajinaba
fantástico como un cuento!

  Para su mayor tormento
un hambre atroz le venia
i una muela le dolia
con un dolor mui violento;
a mayor abundamiento
con una chaucha se hallaba
i consejo demandaba
por ver lo que convenia:
si a su dolor atendía
o el apetito sasiaba.

  Dos estudiantes lo vieron
mirando unas zopaipillas
i reirse a sus costillas
al punto se propucieron:
Si te las damos dijeron
¿te comerias un ciento?
—Sin moverme del asiento.
—I si pierdes? —Por mi abuela
que me saquen esta muela
i me quedaré contento.

  El pobre empezó a comer
i tanto, tanto comió
que solamente dejó
una sola, por perder.
Al sacamuela Verder
en seguida lo entregaron
i la muela le arrancaron,
mientra de risa morian
i las gracias recibian
de aquel que sacrificaron!

       ROLAK

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