Merece una despedida,
porque el veintiuno se acaba,
la estación que mas se alaba,
la primavera florida;
es la porcion de la vida
de mas belleza i encanto:
los pájaros dan su canto,
su suave aroma las flores,
las mujeres sus amores
i los hombres… otro tanto.
Para calmar la tristeza,
la estación de los calores
con sus productos mejores,
nos entrega de una pieza,
vestidas de pié a cabeza,
de muselina o de gazas,
las muchachas mas guapasas
que nos hacen, sin sembrar
i por fuerza, cosechar
carretas de calabazas.
Al verano, mi saludo,
mi tamboreo a la chaya,
mi promesa a doña baya
de visitarla a menudo.
El desgraciado sancudo
que en este corto infiernillo
tenga vacio el bolsillo,
sufrirà de disentería,
¡porque don dinero hoi dia
es el principal colmillo!
ROLAK.