La chilena

  Tienen en su pecho iman
mis paisanitas tan bellas,
cuando uno no está con ellas
son ellas las que lo estan;
cuando uno con afan
sale a pasear a la calle,
al ver su maldito talle
¡quién no se vuelve culebra
siguiéndole detras la habra
así llueva o el sol raye!

  Tienen ojos de gacela,
naricítas de cristal
i entre labios de coral
su boquita de mistela
i una barba por mi abuela
con oyito de Satàn
tienen un pecho de iman
donde encierran un tesoro
mas importante que el oro,
un corazon de volcan.

  Tienen de nàcar los brazos
salpicados con la nieve
i unas manitas tan breve
que pueden hacer pedazos
a quien se ponga a sus pasos
i estos tipos de hermozura
tienen a mas la cintura
fiexible de la palmera
i en el medio ¡esto es lesera!
el tonel de la dulsura.

  Qué no es tonel? ¡Ah paisana
no tomes mi dicho a mal!
llàmelo pues cada cual
como le dé gusto i gana
qué mi alma solo se afana
en probar su cualidad
i que es una gran verdad
su gran poder hechicero,
ante el cual mi Don Dinero
depone su autoridad!

  Voi a agregar al modelo
buena pierna i breve pié
para cubrirlo despué
con cùtis color de cielo
i a la espalda como un velo,
una espesa cabellera,
He concluido a mi manera
el busto de la chilena,
si la obra no es mui buena,
qué den un beso siquiera!

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