El que cae prisionero
Por una frajilidad,
Pasa en esta soledad
Sin amparo y sin dinero.
Señores: yo certifico
Con justísima razon,
Que caen sin escepcion
El pobre mendigo, el rico,
Como cae el grande, el chico,
Cae el peon, cae el obrero,
Tambien cae el estranjero,
Aunque sea monseñor;
Es la desgracia mayor
El que cae prisionero.
Tambien cae el comerciante
Por vender el falso anillo,
Como cae el tinterillo
Tambien cae el estudiante;
Cae preso el temperante
Por rara casualidad;
Cae el tuno en realidad,
El paisano, el soldado,
Como cae el hombre honrado
Por una frajilidad.
Tambien cae el campesino
En casa del jabonero;
Tal como cae el ratero,
Así cae el asesino;
Así tambien cae el chino;
Y el que vive en la orfandad
Libre de caer no está;
Igualmente el abogado,
Al ser incomunicado
Pasa en esta soledad.
Tambien cae el orgulloso
Que ayer alegre vivia;
Caen a la policía
El sabio y el mentiroso.
Nadie en caer es gustoso,
Según refiere un cochero,
Como cae el zapatero
Ya se ha visto, y confieso
Que es terrible caer preso
Sin amparo y sin dinero.
Por último, el juez condena.
Al que delito comete;
Diez años a mala siete
Lo mandó a sufrir la pena;
Un grillo y una cadena
Le pusieron por bellaco;
junto con otro patraco
Toda su prision sufrió,
Y estando preso aprendió
Las de Quico y las de Caco.