El reo tranquilo estaba
En su celda solitaria
Y la hora victimaria
Mui luego se le acercaba
El padre que lo auxiliaba
Dentra i presto lo confiesa
Del reo fué la sorpresa
Cuando marchan los soldados.
Por un oficial mandados
Causando mayor tristeza.
La voz de marcha sintió
Sonando las armas yá
Y el banquillo listo está
A donde le le llevó
La fila allí se formó
Y sale el reo penoso
De su triste calabozo
Con acompasado tranco
Antes de sentarse al banco
Se despidió mui lloroso.
ADOLFO REYES
Imp. i Lib. Ercilla.–Bandera, 21-K