Llora el pueblo soberano
con mui aflijidas notas,
lloran todos los patriotas
la muerte de Baquedano.
La muerte del jeneral
produjo mucho quebranto
nunca se vió pesa rtanto
por desgracia tan fatal;
el que no tuvo rival
i fué terror del peruano
murió como buen cristiano
en paz con la relijion
a su valiente campeon
llora el pueblo soberano.
Del norte i de la frontera
se conmovió Chile entero
con la muerte del guerrero
que fué su mejor lumbrera;
en Santiago, las banderas
parece que estaban rotas
i que destilaban gotas
de lágrimas funerarias
las cornetas eran varias
con mui aflijidas notas.
El entierro fué grandioso
fuè toda la infantería
numerosa artillería,
todo el mundo fué penoso;
en homenaje afanoso
el llanto del pecho brota
todo el pueblo se alvorota
en ese acompañamiento
con un mismo sentimiento
lloran todos los patriotas.
Nadie se quedó en la casa
todos su deber cumplieron
i al cementerio acudieron
puede decirse que en masa;
partió de la misma Plaza
el jentió sobrehumano
con coronas en las manos
i el sentimiento en el alma,
les hizo perder la calma
la muerte de Baquedano.
Las estranjeras naciones
mandaron su condolencia
discursos con elocuencia
dijeron mil cicerones;
toditas las opiniones
acudieron en tropel
hablaron a favor de él
recordando sus proezas,
pusieron en su cabeza
gran corona de laurel.
Nota: El general Baquedano murió el 30 de septiembre de 1897.