¡Ai qué tremendo suplicio
¡ai qué pena, ai que dolor
siente la madre por su hijo
atinjido el corazon!
Pilatos lo sentenció
al soberano Jesus
de que muera en una cruz
con ánsia el pueblo gritó
al pedido él accedió
por no estar en precipicio
le van han seguir el juicio
dijo Pedro, es de advertir
mi maestro vá a sufrir
ai que tremendo suplicio!
Escribas i fariseos
una capa le pusieron
vieja, i de el se rieron
los inícuos saduceos
hasta cumplir sus deseos
ellos llenos de furor
Maria con tierno amor
dijo casi desmayada
tengo el alma acongojada
¡ai que pena, si que dolor!
Hácia el calvario marchaba
cargando la cruz enorme
herido i siempre conforme
en sus hombros la llevaba
i de su cuerpo saltaba
sangre de un costado fijo
inocentemente dijo
sufro el castigo funesto
varios pesares por esto
siente la madre por su hijo
Por Jerusalen pasó
lleno del mas cruel tormento
i Maria en el momento
al encuentro le salió
de pena se entristeció
al verlo en tal afliccion
sin tenerle compasion
le seguian azotando
i dijo: tengo, llorando
atinjido el corazon.
Por fin, iba agonizante
Nuestro amado Redentor
lleno de su santo amor
mostraba un bello semblante
pues, murió i salió triunfante
cuando ya resucitó
al seno de Abraham bajó
reluciente como el alba
a sacar las santas almas
i al cielo se las llevó.