Una ciudad virtuosísima
Dios a San Juan le mostró
cuyo alevados muros
que un espiritu los vió.
La plaza de oro en columna
posee esta gran ciudad
no tiene necesidad
que le alumbre sol ni luna
es tan grande la fortuna
de que el Santo recibió
que su alma se llenó
de alegria i de consuelo.
la grandeza de los cielos
Dios a San Juan le mostró.
Sus murallas son perfectas
de mui seguro cimiento
se hallan en el firmamento
encerrada en doce puertas.
En una de ella se cuenta
una piedra preciosísima
donde hai flores bellísimas
de mui exelentes gustos,
tiene Dios para los justos
una ciudad virtuosísima
Hai un rio caudaloso
de agua viva sin igual.
no le iguala ni el cristal
mano de la silla hermoso.
Dios cordero victorioso
de esta grande obra aseguro
las lozas son de oro puro
que ostentan maravillosas
i son de piedras preciosas
cuyo elevados muros.
En las calles hai plantadas
arboles de salud i vida;
dan fruto dodos los dias
afable i de mucho agrado.
La caridad del Increado
la ciudad iluminó.
asi el siervo de Dios
rodeado está de Arcánjeles
i los nueve coros de Anjeles
que un espiritu los vió.
Al fin, la bella ciudad
siendo toda iluminada
i con lozas adornada
que bonita no será
dichoso el que se va allá
a ver esa preciosura
superior en hermosura
a toditos los portentos
el que solo tiene asiento
el que tiene el alma pura.