LA MUJER CUENTISTA.

  De contínuo te verá
A la mujer habladora
Visitando de hora en hora
Por toda la vecindad.

  Con el fin de zorzalear
Los mates a la vecina,
Le acomoda una bolina
Y allí la empieza a contar;
La contesta le va a dar
A la que ofendida está,
Presto se vá mas allá
A ejecutar su pelambre
Llevando y trayendo enjambre
De contínuo se verá.

  Así sucedió tambien
En calle Patricio Linche,
Fué victima de un bochinche
Una señora de bien;
Aunque crédito no dén
A la mujer peladora
Su lengua murmuradora
Se ocupa del testimonio,
Y mucho azuza el demonio
A la mujer habladora.

  Cuando la hora tantea
De los mui sabrosos mates
Contando sus disparates
A las vecinas recrea;
Entónces se contornea
Y empieza como una lora
A contar lo de la Flora
O de otra pobre mujer
Y siempre se le ha de ver
Visitando de hora en hora.

  A la hora de comida
Ya la mujer se prepara
Y vá a formar algazara
Donde una amiga querida
Con la vergüenza perdida,
Y con toda su maldad
Deja en la calamidad
A una familia entera,
Y se vé mui placentera
Por toda la vecindad.

  Al fin, nunca tiene paz
Porque su oficio es pelar,
Y a todos los pone mal
Por obra de Satanás;
Pero no calla jamás
La mujer astuta y loca,
Y rasguña al que la toca…
Diganme si no es así,
¡Que hallan mujeres aquí
De tan admirable boca!

       A. Reyes.

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