En Buenos Aires, señores,
Se promovió un incidente
I por la cuyana jente
Se pronunciaban rumores.
La legación, mis lectores,
Se vió en peligro constante
Por un grupo de estudiantes
Fué invadida lijero
I con el señor Guerrero
Se encontraba amenazante.
Una Turba se paró
Casi al frente de la puerta
I la policía alerta
Con rigor la dispersó.
El señor Guerrero habló
Con un ministro Arjentino,
Entre los dos se convino
Guardar la mayor reserva
Para que otra vez, no vuelva
Repetirse el desatino.
Todos los telegrafistas
Se habian sobornados
Donde se han comunicado
Algunos Balmacedistas
Bianchi Túpper en las listas
Se encuentra tambien ligado,
Hacernos guerra han tratado
Con esos malditos cheyes;
I dejándonos de leyes
De ella no se ha tratado.
Nuestro legado chileno,
Dicen que renunciará
Pero el arreglo se hará
Con un resultado bueno.
El semblante mui sereno,
Demuestra todo habitante
Deceándo que al instante,
Reine la tranquilidad;
I jamás la hostilidad
Se pronuncie en adelante.
Por fin no queremos guerra,
Digo con voz varonil
Porque en la guerra civil,
Hemos quedado por tierra
El chileno nunca yerra,
Con fusiles i cañones
Todos los bravos campeones,
Por la patria morirán
Pero si hai guerra serán
La ruina de dos naciones.