El lector ha de saber:
unos bandidos deshechos
le quemaron los dos pechos
a una pobre mujer.
Cerca de la Rinc[o]ná
en la pasada semana
i en la casa de una aldeana
pasó esta barbaridá;
llegó una pandilla allá
un dia al amanecer;
se hicieron obedecer
i cuando adentro entraron
la crueldad que practicaron
el lector ha de saber.
Armados son carabina
de esas que usan recortada
entraron a la morada
de la llamada Justina;
con presteza se asesina
a dos hombres en sus lechos
i despues mui satisfechos
viendo a la mujer llorar
se lanzaron a robar
unos bandidos deshechos.
Como no hallaron la plata
despues de buscar bastante
a la esposa agonizante
atormentarla se trata;
hacen luego una fogata
cojiendo chamisa a trechos,
con unos fierros derechos
que calentaron al fuego
los dos miserables luego
le quemaron los dos pechos.
La mujer se desmayó
ante tanto sufrimiento
i a pesar del gran tormento
la plata no se encontró;
la patrulla se acercó
i se echaron a correr;
asi se pudo saber
i al mismo tiempo salvar
cuando se iba a asesinar
a una pobre mujer.
Estamos en una hora
que de maldad se hace alarde
i del modo mas cobarde
se mata en forma traidora;
justicia reparadora
se vé en mui rara ocasion
por eso hai tanto ladron
por eso hai tanto asesino
que hasta a un pobre campecino
le arrancan el corazon.