Es tan grande palomilla
la que hai en la calle Duarte,
que no habrá en ninguna parte
quien le iguale a esta cuadrilla;
causa mucha maravilla
ver por la mañana en la fresca
tanta dama pintoresca
en la puerta mui sentada
atajando la pasada
i su boca haciendo muesca.
Cuando alguna vez yo paso
lo que me fijo primero
que si pasa un caballero,
lo pelotean del brazo;
si ven pasar algún huaso
lo hacen entrar a la fuerza.
he visto jente perversa
pero como esta no tanto,
hai veces que a cuerda i canto
una a una se dispersa.
Se parece aquel festin
una maceta de flores
de diferentes colores
del mas florido jardin;
se hechan tanto colorin
cual si fueran un payaso,
como nadie le hacen caso
mas huyen de aquel panal
que se halla cerca al canal
a la distancia de un paso.
Otra, lector te has fijado,
cuando pasas por ahí,
de que arriscan la nariz
para uno i otro lado;
si las miras enojado
empiezan con ademanes.
se arremangan los fustanes
i hacen mil morisquestas.
así lo pasan las coquetas
pensando en hacer sus planes
Al fin, lector no conviene,
hablar sobro esta cuestion.
porque, según mi opinion.
fatal resultado tiene;
pues yo temo si se viene
i me busca la palomilla
para darme alguna trilla
sin haber jamás sombrado,
por eso quedo asustado
si alguna de éstas me pilla.
Adolfo Reyes.