Ejecucion de los reos Salas
y Belmar

  Un poco ántes de las ocho,
Entre un tumulto de jente,
Llegó repentinamente
El carro por el Mapocho,
I traía dos gancocho,
Dos reos i dos banquillos,
Mujeres, hombre i chiquillos
Les cerraban todo el paso
Por ver siquiera a su paso
La barra i sus dos anillos.

  Los diez soldados llegaron
Al frente ya de la puerta
I el jentío estaba alerta
I al banquillo se acercaron.
Mui luego los retiraron
I la descarga se oyó:
El tal Salas no murió
Al instante, pues lo vieron
Que se movia, i le dieron
Otros tres tiros, por Dios!

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