Historia de un tunante
(CONTINUACION)

Lectores, vuelvo a seguir
la historia de mi desgracia,
pues llegué acalorado
a un chinchel, donde estaba
la simpàtica morena
i tenía unas chasquillas
que la frente le hermoseaba;
al verla yo, tan hermoza
no cesé de contemplarla
entonces luego empesé
a pedir con gozo una cuarta
de esa chicha tan rica
que en otra parte no se halla
i que al verla en un potrillo
dá deceos de tomarla.
Al instante me pusieron,
un gran vaso de la valla
i con gran regosijo mio
me lo empino hasta la tapa;
acabé la que pedí
quedando sin meniar pata;
a las once de la noche
echarme fuera se aprontaban,
viendo que ahí mismo habia
gastado toda la plata;
a la rastra me sacaron
a tiempo que la rural pasa
i me llevaron cortito
a sablasos por la espalda,
me entregaron al cuartel
curado como la parra;
me echaron al calaboso
i formaron gran algasara
aquellos malditos presos.
i de mí, todos se burlaban:
al momento se prepararon
para echarme a la americana,
uno me escondió la blusa
i otro lleva mi chupalla,
otro me llevó el chaleco
dejándome como santo en anda,
otro se fué con la camisa
i otro con las chacallas,
de llapa me agarraron
dos rotosos por la espalda,
dándome un mata suelo
para ver si tenía chauchas;
quedé dormido al momento
i soñando me encontraba
con la morena del chinchel
escribiéndole una carta
i con una voz de ángel
sentía que a mi me hablaba.
[  ]ctores queridos
[  ] sabado sin falta.

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