La horrible peste bubónica
Ya se encuentra en la Arjentina
Matando que es un contento
Como una fiera dañina.
Ni la vírjen de Lujan,
Siendo pura i soberana,
Ha podido a esa indiana
Correrla, como verán:
Frailes i monjas están
Clamándole a Santa Mónica
Por que boten a esa irónica
Le ofrecen crecido pago,
I donde entra hace estragos
La horrible peste bubónica.
Cuando al Rosario llegó
Por primera de pasada,
En donde estuvo alojada
Como a ochenta mató;
Allí se le combatió
A fuerza de medicina;
Partió desde allí la indina
Sembrando el desconsuelo,
Ese terrible flajelo
Ya se encuentra en la Arjentina.
A veinte cobres raton
En Buenos Aires se paga,
I junta la jente vaga
Al dia medio millon;
Así la gran poblacion
Salvará del sufrimiento
Pero la peste su asiento
Ha hecho en muchos hogares,
I está en esos lugares
Matando que es un contento:
Nuestra autoridad al pensar
Ha mandado a la lijera
Jente a la cordillera
A no dejarla pasar;
I si aquí llega a entrar
Será doble la bolina,
Irá sembrando la ruina
Por chincheles i despachos;
Se cebará en los borrachos
Como una fiera dañina.
Al fin, aquí hai una santa
De Andacollo, aunque le cueste
A la señorita peste
La hará humillarse a su planta,
Yo con mis devociones tantas
Estos versos escribí,
Venga con el nó o el sí
Tendremos que recibirla,
I hasta saldrá a combatirla
El niño de Sotaquí.
Daniel Meneses
Poeta Chileno