La muerte lo halló propicio,
Aun tiene felicidad;
Entrará á la eternidad
Por las puertas del suplicio.
Un pricionero hoi en pos
Condenado está a morir,
I mui pronto va a sufrir
El martirio mas atroz;
I todo él lo ofrece a Dios,
Como único sacrificio,
Al ver que es llamado a juicio
Al supremo tribunal.
Para ese lance fatal
La muerte lo halló propicio
Debe pagar con la vida
El delito mas enorme,
I es justo que se conforme
Por haber sido homicida
Venga la parca atrevida
A la mayor brevedad,
I ejecute su crueldad
Dándole funesta muerte,
Por que morir de esa suerte
A un tiene felicidad
Si Cristo murió inocente
Enarbolado en la cruz
No te olvides, buen Jesús,
De éste que es delicuente,
Justo Dios imnipotente,
Inmenso mar de bondad
Ten de esa alma caridad
Por tu infinita pacion
I con vuestra bendicion
Entrará a la eternidad
Gloriosa Virjen Maria
Hija del eterno Padre
Como compasiba madre
Consuélalo en su agonía;
Tú que eres segura guía,
Del que implora tu servicio,
Como último beneficio
Permitele, Virjen tierna
Que entre a la gloria eterna
Por la puerta del suplicio,
Por fin, cuando ya marchaba
Triste, a pagar su delito
Al soberano infinito
La jente lo encomendaba
Con sus manos el llevava
La cruz, madero sagrado
Del cordero inmaculado
I el que mas culpable ha sido
Cuando muere arepentido
Es sin duda perdonado.
DANIEL MENESES (Poeta Nacional chileno)
Calle de Marquez Nº 57