SALVAJE I HORRIBLE FIN
DEL TIRANO VALDES CALDERON, EN
GUAYAQUIL, EN EL PUEBLO DE
BUENA VISTA.

  Con puro i corazon sano
Principio esta narracion,
Al pensar en Calderon
Tiembla la pluma en mi mano,
Ese hombre fué un tirano
Nadie lo puede negar,
Su vida voi yo a contar
Aunque a muchos horripile,
De tantas que hizo en Chile
Al fin la vino a pagar.

  Cuando la revolucion
Estalló el noventa i uno,
Fué Calderon un San Bruno
I verdugo en la nacion,
No tuvo comparacion
Ese ajente tirano,
Viendo ya su fin cercano
I encima su negra suerte,
Creo que se ha dado muerte
Solo i por su propia mano.

  Con un semblante sereno,
En Guayaquil, no lo niego,
Murió peleando entre el fuego
Como valiente chileno.
Furioso i de rabia lleno,
Combatió como aguerrido,
Aquel soldado temido
De nuestro ejército leal,
I en el momento fatal,
Jamas se dió por vencido.

  Lector con bella memoria,
I con sentido profundo
En otro verso segundo
Les publicaré su historia,
Quiso llenarse de gloria
En esa hora angustiosa,
Como una fiera rabiosa
Se batió desesperado,
I quedó carbonizado
Junto con su bella esposa.

  Tantas hizo en un año
Aquí se los cuento yo:
I en un dia las pagó
Todas en pais estraño,
Les hizo terrible daño,
Lectores en Guayaquil,
Fué aquel hombre viril
De mui negras intenciones,
Todas sus flajelaciones
Creo que pasan de mil.

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