Recuerdo del nefando crímen
DE LA QUEBRADA DE LAS CAÑAS, UNO
DE LOS CRIMINALES QUE VIVE, FRAN-
CISCO OLIVARES, ESTA CONDENADO A
MUERTE.

  El infeliz Olivares
Pronto será fusilado,
El indulto solo espera
Del gran Consejo de Estado.

  Uno de los criminales.
Del salteo de las Cañas,
Va a pagar todas sus mañas
En los momentos fatales;
Ya nuestras leyes penales
Le están dando mil pesares,
Sus dos ojos son dos mares
Causa de tanto llorar;
I ya no piensa en salvar
El infeliz Olivares.

  Ya la Corte por gran suerte
Le dió la última sentencia.
Sin piedad i sin clemencia
Firmó i lo condenó a muerte;
Un dolor agudo i fuerte
A Francisco ha atormentado,
De verse que está acusado
Como un bandido inclemente;
I ante un público de jente
Pronto será fusilado.

  Los tres compañeros mas.
Que ayudaron al salteo,
Con satánico deseo
Hoi no existen en la faz;
Un centinela capaz
Les dió muerte a la lijera,
Con una voz lastimera
Pide su perdon a grito;
El desdichado Panchito
El indulto solo espera.

  Tres años van verbalmente
A que sucedió el suceso,
De cuatro que habian presos
Solo uno queda al presente;
El cual dice que inocente
A muerte lo han condenado,
Aunque se halla encadenado
Espera cual Magdalena,
Conmutación de su pena
Del gran Consejo de Estado.

  Con pena i abatimiento
He dado los pormenores,
I pronto verán señores
Un triste fusilamiento;
Cuando ya llegue el momento
Sacarán del calabozo,
Engrillado al pobre mozo
Sumiso, triste pensando;
El cual seguirá marchando
Hácia el banquillo afrentoso.

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