El asesino, de Mac-Kinley
La triste ejecución del anar-
quista que asesinó al presidente
de los Estados Unidos.

  Que amargas las horas son
En el reloj de mi afan,
Mui poco i nada le dan
Alivio a mi corazon.

  Ya con la vida pagó
Czolgos, franco diré,
Autor de su vida fué
El crimen que cometió.
Electrizado murió
Despues de triste prision,
Yo aquí con miceracion
Sin que nadie me lo avise
Oigo de que el reo dice
Qué amargas las horas son.

  En Búfalo el presidente
Estaba entre gran conquista
I allí el perverso anarquista
Lo mato traidoramente
Tomaron al insolente
Preso como lo verán
Dijo el reo los que están
Aquí, demen pronto muerte
Porque se cambió mi suerte
En el reloj de mi afan.

  A un sacerdote católico
Pidió para confesarse,
Esto lo hizo por salvarse
I decir que es apostólico;
Pero su instinto diabólico
Lo trasforma en musulman
Sus jefes hoi lo dirán
Como con voces de reyes
A uno alivio las leyes
Mui poco y nada le dan.

  Por su crimen tan atroz
A muerte fué sentenciado
I el infeliz desgraciado
Lloraba i clamaba a Dios
Llegó el momento veloz
I no consiguió el perdon
Dijo con justa razón
El reo el diario contó
Por eso nadie le dió
Alivio a mi corazon.

  Al fin, pregunto chilenos,
Sin yo revisar las listas
Que por qué los anarquistas
Matan a los hombres buenos.
Del progreso son venenos
Todos esos hombres brutales
Manchan siempre los anales
Con pésima i negra suerte
Pero nunca le dan muerte
A Obispos ni a Cardenales.

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