Lo de la lavandería
Voi a narrarlo con pausa.
I daré a saber la causa
En mi bella poesía.
Mucha jente en ese día
Corrió a ver lo que pasaba
I una mujer que allí estaba
Con una mirada fija,
Era la madre por su hija
Que sin consuelo lloraba.
La infeliz, según pensar,
Presenciando los despojos
Ya no tenia en sus ojos
Lágrimas para llorar.
Era triste al contemplar
Aquel cuadro aterrador
De ver que con gran dolor
Los escombros escarbaba,
I su amada hija no hallaba
Mas aumentó su dolor.
El primer dia, por suerte,
Llevó la madre a Julita,
Sin pensar la pobrecita
Que iba a encontrar la muerte.
Esta verdad no divierte
Digo, triste i sin atajo,
Solo ese dia al trabajo
Fué Julia alegremente.
Cuando de un de repente
La pared se vino abajo.
La primera Comisaría
Mandó al punto guardianes,
Los cuales con mil afanes
Escarbaron ese dia.
Con la mayor sangre fría
El trabajo principiaron
A lo poco que cavaron
Causando al público asombro
De los inmensos escombros
A Dionisia la sacaron.
Llegó el señor Intendente
I ordenó desenterrar
A los muertos sin tardar
Los sacaron puntualmente.
Presenciaba esto la jente
Con el alma entristecida;
Completamente herida
Encontraron a Felicia.
Sin dar la menor noticia,
La estrajeron en seguida.
La causa de esta desgracia
Dice, que fué el Comisario,
Públicamente en el diario
Se cuenta con eficacia.
Que dice «La Democracia»
De esto que pasó no sé,
Cuando mas noticias dé
La prensa en lo que ya hablaron;
Las últimas que sacaron
A Julia i Felipa fué.