Hai perlas encantadoras
Relucientes como el dia,
Trinan con tanta armonia
Las avecillas canoras.
Un jilgerillo en verdad
No sonrie lisonjero,
De ver que está prisionero
Sin tener la libertad,
Ausente de su deidad
Ve que se pasan las horas,
Para el devoradoras
Son, i le dan el pesar
I en los hondos de la Mar
Hai perlas encantadoras.
Solo de verse enjaulado
Maldice su mala suerte.
I se desea la muerte
Por hallarse aprisionado,
Mui triste i acongojado
Lo pasa sin alegria.
Sin gozar la lozania
Que a el le brinda el ramaje,
Pero si es su plumaje
Reluciente como el dia.
Cuando el alba va aclarando
El gusto se le enajena
I por desechar la pena
El se divierte cantando,
Ve por frente de el pasando
Las aves en compaña,
Con sonora melodia
Rompen su marcha sencilla;
I cuando encuentran semilla
Trinan con tanta armonia.
En estrecho calabozo
Jime el jilgero inocente,
Respirando el suave ambiente
Que le da dicha i reposo
Se alegra lleno de gozo
Al ver a las parladoras,
Que con sus voces sonoras
Andan en los bosquecillos
Celebrando al sol sus brillos
Las avecillas canoras
Al fin en la primavera
Muestra un poco mas contento
Porque cambia de alimento
En esa estacion entera,
Con una voz plañidera,
Se principia a divertir
I así se suele dormir.
Mostrándose siempre serio,
I en su oscuro cautivreio
Canta su tristevivir.