Una reprension
A VARIOS VENDEDORES DE VERSOS
QUE ME DEBEN

  Mas de mil i tantos pesos
Me deben los vendedores,
Doi al público el nombre
De todos los fundidores.

  Es Clodomiro Madriaga
El primero de la lista,
Tramposo mas que ajiotista
Cabecilla de esta plaga;
Con sus cabulas siempre halaga
A una multitud de lesos,
En estos versos impresos
A uno por uno reprendo,
Al ver que me estan debiendo
Mas de mil i tantos pesos.

  Es Marcelino Moraga
Otro Agustin Valdivieso
Yo les cortara el pezcuezo
A los dos con una daga;
Por qué a mí no se me paga
Les pregunto a mis lectores,
Pensarán esos señores
Que mis versos son andrajos,
I cuatro años de trabajos
Me deben los vendedores.

  El otro es Flores Manuel
O mas bien (alias) el Oso,
Muchacho infame i leproso
Borracho mas que un tonel;
Parece el roto un jerjel
Lo digo i nadie se asombre
No hai quien el suelo alfombre
A esa tropa de caines
Con Felicito Martinez
Doi al público el nombre.

  En Chillan un tal Fernando
También me quedó debiendo;
Con mi plata estan comiendo
Los que aquí les voi nombrando
Otro Podenco nefando
Que se llama Alfredo Flores
Con todos sus pormenores
Quisiera dejarlo en prensa,
I es él el mas sinvergüenza
De todos los fundidores.

  A Prosperina de Hernández
Le brindo la despedida,
I que me pague enseguida
Antes de que la demande.
Caigan encima los Ande
I aplaste a esos tranpocillos,
En mis versitos sencillos
Digo franco i sin enojo
Que aquí quedan en remojo
En aprietos amarillos.

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