En Talca una jóven Rosa
Sola se quitó la vida
Por encontrarse aburrida
En esta época odiosa
La niña era buena moza
I mui jóven todavía
¿Qué demonio le daria
Pregunto con interes,
Es que en Talca, talvez,
Ningún hombre la queria?
Una porción de veneno
Tomó la pobre mujer,
I yo soi de parecer
Que lo que hizo no es bueno:
¿Por qué no buscó algún freno
I se lo metió en la boca?
Por ser su suerte tan poca
Propuso salir de quicio,
Todo lo hizo en sano juicio
Porque no se hallaba loca.
Duró tres horas sufriendo
Horrible i crueles tormentos,
Dolores i sufrimientos
Hasta que salió muriendo;
Parece que la estoi viendo
Que boquea i agoniza.
Médico corrió con prisa
I cuando llegó era tarde;
Bueno la niña cobarde
Que sola se martiriza!
No era de mala carita
La tal simpática Hurí;
Pero ni con ser así
Se ultimó la pobrecita.
Cómo estará su mamita
Sumerjida en tierno llanto,
Cuando la queria tanto
I era su único consuelo;
I yo en señas de duelo
La alegraré con mi canto.
Al fin la Rosa espiró
Sufriendo agudos dolores,
Sus ayes aterradores
A muchos emocionó.
Al cementerio pasó
Ella en edad temprano;
Yo digo con pecho sano
Que el crímen mi pluma sella
Se dió la muerte la bella
Sola i por su propia mano.