Del verano al otoñal
Todo el orbe se atesora,
El sol con sus rayos dora
Los frutos del vejetal.
Cuando el invierno termina
Se va aclaran[d]o la esfera,
I nace la Primavera
De una manera mui fina
Por entre flores camina
Ella en su carro triunfal,
Con su diadema imperial
Se pasea en su carruaje
Luciendo su gran ropaje
Del verano al otoñal.
Nos brinda mucha elegancia
La Primavera florida,
I a la tierra aunque dormida
Despierta con su fragancia,
Los campos desde esa infancia
Uno a uno se mejora,
La canaria parladora
Presa de un tierno quebranto
Con su melodioso canto
Todo el orbe se atesora
Por entre las florecillas
Se pasean con contento,
Buscandose el alimento
Cas humildes avecillas
Son las fresquitas semillas
Le alegra el ave canora,
Al amanecer la aurora
Gozan de sus luces bellas
I el gran plumaje de ellas
El sol con sus rayos dora.
Toda clase de insectillos
Nace desde la humedad,
Le dá vida i libertad
El mui lento cefirillo
Cada uno al sol su brillo
Le alaba por lo esencial,
I en tiempo primaveral.
Los resplandores fulguran,
I con el calor maduran
Los frutos del vejetal.
Al fin, el ave silvestre
Vive i vuela con holgura
I buscando la ventura
Recorre por lo campestre,
Por todo el globo terrestre
Se labran sus posesiones
Hácia las cuatro estaciones
Disfrutan de la alegría,
I al amanecer del dia
Improvisan sus canciones.
[ ] Bellavista 213.