Versos
DE LA VIDA DE UN RODANTE

  A los quince años
Me ausenté de mis mayores,
Entregado los rigores
De mundo y su vanidad.

  Uno cuando es regalon
La regalía le hostiga
I le aconseja que siga
Los destinos de un peon.
Hoi que sé lo que es razon
Voi a decir la verdad
Con toda moralidad:
Para las costas de abajos
Me fuí a pasar trabajos
A los quince años de edad.

  Mi padre me aconsejaba:
«Hijo, acompáñeme a mí»,
Yo le contestaba sí,
Que no lo desamparaba;
Pero sí ya me gustaba
Esos que llaman amores,
Como hacen los amadores.
Digo, i nadie se asombre,
Que por aprender a hombre
Me ausenté de mis mayores.

  ¿Dónde yo lo imajinaba
Que la vida de un rodante
Era pues sacrificante
Ni tanto se trabaja?
Varias veces me acordaba,
Entre los trabajadores,
De mi casa, yo, señores,
Movido por un resorte,
Salí a recorrer el norte
Entregado a los rigores.

  Si yo lo hubiera sabido
Que iba tanto a sufrir,
Cuando propuse partir,
Talvez no habria salido.
Hoi por hoi arrepentido
Me hallo por mi enfermedad;
Dios me mira con piedad
De ver lo que me ha pasado
I me tiene separado
Del mundo i su vanidad.

  Al fin, ya tengo esperiencia
I sé lo que es padecer;
Tarde vine a conocer
La voz de la Omnipotencia;
Lo que deseo es paciencia
En este triste momento.
Con voluble pensamiento
Digo tan lleno de gozo:
Le agradezco al Poderoso
Que me aumentó mi talento.

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