Padre de mi corazon,
De aquí como amado hijo
Esta carta le dirijo
Pidiéndole mi perdon.
Cuando ésta, padre amado,
Llegue a sus manos i la lea,
Verá triste que desea
Consuelo el desgraciado.
Me encuentro desesperado
En esta oscura prision;
Miles de pensares son
Los que me hieren de muerte;
Jamas maldiga mi suerte,
Padre de mi corazon.
Pienso con pena en lo actual
Que usted mui triste estará,
Ver de que al mundo, papá,
Nací para ser fatal.
I por mi mal natural
Suspiro, lloro i me aflijo;
Que contestes te lo exijo,
Mi esquela con reverencia;
Imploro vuestra clemencia
De aquí como amado hijo.
Cuando a su casa el cartero
Llegue a entregarle la carta,
Verá con congoja harta
Que su hijo está prisionero,
Pero no soi el primero
Que he caido a este escondrijo;
Tengo el pensamiento fijo
En San José i Maria
I ántes de dar mi agonía
Esta carta le dirijo.
Por ser mi crímen mayor
Mi muerte estoi esperando;
Le suplico sollozando
No me niegue, por favor,
Encomiéndeme al Señor
Que me dé la salvacion.
Bien negro ha sido el borron
Que he cometido, Dios Santo.
Le escribo anegado en llanto
Pidiéndole mi perdon.
Padre amante de mi vida,
Ya mas no estaré con vos;
Este es el último adios
Que te doi por despedida.
Breve será mi partida
Al banco por tal escena;
Ya que aquí se me condena
Al suplicio sin piedad,
De mí ejemplo tomará
Nuestra juventud chilena.
Daniel Meneses.
Poeta Chileno