La rueda de mi destino
Me anuncia mi porvenir;
Ya pronto me voi a ir
por otro estraño camino.
Quién tuviera la virtud
Conocer su vida entera
I el dia en que ya se muera,
Para hacer el ataud.
La paciencia i la quietud
Yo le pido al Uno i Trino;
Mis ojos, cual cristal fino,
Hoi pretenden empañarse,
Porque ya quiere quebrarse
La rueda de mi destino.
De toda gloria mundana
Pretendo yo de apartarme,
Bien, i digo al acostarme
Si amaneceré mañana
Con vida, i seguir mi plana
Escribiendo sin mentir;
Pero al dejar de existir
Tendré que quedar inerte,
Porque el reloj de la muerte
Me anuncia mi porvenir.
Cuando llego a amanecer
Con vida, rezo un Bendito;
I le clamo al Infinito
Que me deje anochecer.
I pensando en fenecer
No me quisiera dormir;
Mi mente vaga, es decir,
Entre una ilusion perdida,
I en viaje a la otra vida
Ya pronto me voi a ir.
Mi alma delira i llora,
Sabe que pienso en la tumba;
I a los oidos me zumba
La parca devoradora.
Se acerca el plazo i la hora,
Cada cual con paso fino;
I yo, como un peregrino,
Imitando a un celaje,
Tendré que emprender mi viaje
Por otro estraño camino.
Al fin, mui contento estoi,
Aunque es adversa mi suerte;
Diré, si llega la muerte,
Ahora sí que me voi.
Me preparo desde hoi
Con un tan divino amor;
No siento ningún dolor,
Todo en mí es alegría;
I ántes de dar mi agonía,
Adios, mundo engañador.