La mujer que es zalamera,
Créanmelo que es verdad,
Ya lo que mete el clavo
Desconoce la amistad.
Hai una jente tramposa
Viviendo en este Santiago:
Con caulas i con halago
Pasa su vida de ociosa.
Gasta pompa i mucha prosa,
Lo pruebo porque es de veras,
Escribiendo a la lijera
En este verso que fundo:
Engaña hasta medio mundo
La mujer que es zalamera.
Todo hombre que se deja
Gobernar por la mujer,
El fin que viene a tener
Que lo hace agachar la oreja;
Si el pobre despues se queja,
No le tiene ella piedad
Porque la inmoralidad
Reina en los que piden fiado;
Es un hecho comprobado,
Créanmelo, que es verdad.
Si hai álguien que a mí me deba
Puede pasarme a pagar,
Pues prometo publicar
Cosas que el lector las prueba;
Peladas no se las lleva
El que me reste un centavo:
Desde la nuca hasta el rabo,
Salen diciendo i el lerdo,
Si te he visto no me acuerdo,
Ya lo que meten el clavo.
Muchos dicen: cuando debo,
Si me cobran me da pena,
I se trasforman en hiena
Aunque anden como sebo;
I yo pensando me llevo
Con entera voluntad,
Si usa de tal veleidad,
Uno no es bueno que abone,
I ya cuando se repone
Desconoce la amistad.
Al fin les voi a encargar
Cuidado con los tramposos,
Miren que son tan odiosos
No los vayan a clavar;
Bien se deben de fijar:
Cuando les pidan un peso,
Que sea pronto el regreso;
Doi a ver en mi detalle
Salen diciendo a la calle:
A este tonto lo hice leso.