El cuico.—Cholos cobardes, ¿por qué
Nos califican traidores?
El cholo.—Sí, cuicos; porque en Dolores
Usaron de mala fé.
El enemigo no fué
Para nosotros capaz;
Jente teniamos mas,
Armamento i municion,
Pero ustedes a traicion
Nos pegaban por detras.
El ciuico.—Cholo, siendo vuestro aliado
Traicionarlos no podiamos.
El cholo.—Sí, cuico, así lo creiamos;
Pero fué un hecho probado
Que despues de haber triunfado,
Ya dignos de una guirnalda,
Los rotos desde la falda
De un cerro nos acababan,
I ustedes mas nos fregaban
Pegándonos por la espalda.
El cuico.—Hombre, dime ¿por qué mientes?
¿Qué es lo que se te figura?
El cholo.—Nó, amigo, i si mas me apura
Le volteo hasta los dientes.
Nosotros somos valientes,
De un corazon varonil,
I por esa accion tan vil
Todos daremos probanza
Que los mismos de la alianza
Nos han sacado el añil.
El cuico.—Cholo, me has amenazado,
Pero no lo harás dos veces.
El cholo.—Sí, cuico, tú lo mereces
Por haberme provocado.
Los diarios han publicado
La traicion que nos han hecho
Luego estoi en mi derecho
I puedo en este momento
Decirte mi sentimiento,
Cara a cara, pecho a pecho.
El cuico.—Al fin, amigo i hermano,
Dejemos esta cuestion
El cholo.—Sí, por ver la situacion
En que está el reino peruano
El enemigo tirano
Va tomando mas terreno;
Piérola no está sereno,
I concluyendo este baile,
Como Pedro dejó al fraile
Nos tiene el roto chileno
Bernardino Guajardo,
Imp. de «Los Tiempos»—Bandera, 24