Julio en el último dia
Mandó la lluvia deseada,
Mucho se la agradecemos
Aunque vieno algo atrasada.
Después de tanto pedir
A san Isidro glorioso,
Un milagro portentoso
No se pudo conseguir;
Ya comenzaba a morir
De hambre el ganado que había,
La peste tambien cundia
I vino en este intermedio,
A traernos el remedio
Julio en el último dia.
Tal era la mortandad.
En aquellos seres brutos,
Por falta de los productos,
Causa de la sequedad;
Pero la suma bondad
De la madre inmaculada,
Que a la alma mas desdichada
Siempre cubre con su manto.
Por ruegos a su hijo Santo
Mandó la lluvia deseada.
En agosto puede ser
Que tengamos abundantes
Lluvias, i que los habitantes
No tengan que perecer;
Esto nos dá gran placer
Aunque trabajos pasemos,
De todos modos debemos
Dar las gracias a María,
I aunque la lluvia es tardía,
Mucho se la agradecemos.
Por el sur i por el norte
Con mucha fuerza ha llovido,
I aquí el aguacero ha sido
De nada ménos importe;
Dios quiera que no se corte
La lluvia ya principiada,
Si prosigue su jornada
Será lo mas conveniente,
Para todo ser viviente
Aunque viene algo atrasada.
Al fin ya el milagro se hizo
San Isidro labrador,
El compasivo Hacedor
Ponerlo en libertad quiso;
I nos manda de improviso
El tan deseado aguacero,
I para que el chacarero
Labre el terreno i siembre,
Si nos lloviese en setiembre
Nos hará el bien por entero.
Bernardino Guajardo.