Mucho en un club liberal
Habló un orador ratero,
Aun llegó a decir que el clero
Era como un animal.
Fué aplaudido en jeneral
Con atronadora voz,
De la tribuna veloz
Bajó, i a un jóven decente,
Con que se topó de frente
Le tiró el tiro al reloj
Despues subió otro borracho
I este dijo en la tribuna:
Ver un fraile me repuna
Porque es lo mismo que macho;
Le dieron de chicha un cacho
I medio curado el pillo,
Se bajó i a un futrecillo,
Que estaba cerca a su asiento,
Le sacó con mucho tiento
Un billete del bolsillo.
En seguida un tagarote
Dijo: yo, señeres, hablo
Francamente por el diablo
No por ningun monigote;
Le cortaria el cogote
A todo predicador
Pidió un trago de licor
I miéntras se lo embutía,
La concurrencia decia:
Viva, viva el orador.
Un basurero rotoso
Llegó i pidió la palabra,
I dijo: mucho me labra
Lo que miente un relijioso;
Luego otro facineroso
Que no importaba una ficha,
Abombado con la chicha
Dijo mui enfurecido,
Esta en resúmen ha sido
La palabra mas bién dicha.
Al fin entre tanto caco
I con tan ricos licores
Quedaban los oradores
Mas borrachos que el dios Baco;
En cada palabra un taco
Se echaban los concurrentes,
Discursos tan indecentes
Solo se habrán pronunciado
En ese club reservado
Para los impertinentes.
BERNARDINO GUAJARDO.