—8 de Octubre de 1879—
Era en la escuadra peruana,
El mejor buque de acero,
La gran nave capitana:
El terror de Chile entero.
Grau, atrevido almirante
En su Huáscar se paseaba
Caza a trasportes les daba
Y en todo salia avante;
De su flota era el jigante,
Aunque no peleó en Chipana;
Deseaba de buena gana,
Encontrarse cual García,
Porque el que tanto corria
Era en la escuadra peruana.
En las aguas se mecia
De ese solitario mar,
Buscando a quien desafiar
Cuando ningun buque habia;
Y luego que comprendia
Que nuestre Blanco altanero,
Deseaba con todo esmero
Pescar aquella gaviota,
Volaba de aquella flota
El mejor buque de acero.
Era el terror que razgaba
Las aguas con lijereza,
Y con toda su fieresa
Nuestros puertos bombardeaba;
Allí el Leviatan tronaba
Con su fuerza soberana,
Paseando bandera ufana,
De nuestra escuadra inocente;
Que al fin cayó aquel valiente
La gran nave capitana.
Un dia de madrugada
Iba a hacer caza mui presto
I se encontró de mampuesto
Con nuestro Blanco Encalada;
Allí fué la encrucijada
Y el crujir de dientes fiero,
Como coleaba el cañonero
Sin hacer su arranca-escapa,
Por fin, rindióse de yapa
El terror de Chile entero.
Adios pues, terror de mares!
Adios pues coloso fiera,
Caza buques de madera
No volvereis a tus lares.
¡Calma, calma tus pesares!
Hoi eres Huáscar querido
Ya no mas serás rendido:
Hoi eres Huáscar valiente,
En todo este continente
Jamas por jamas vencido.