dada al pueblo por órden del Intendente
Renjifo, como uno de los iniciadores
para formar la Sociedad de ORDEN
y TRABAJO.
— 2 de Setiembre de 1894 —
A la una de la tardes
La de Orden y Trabajo
Entre jotes a destajo
Se formaba con alarde;
El pueblo jamas cobarde,
Ni tampoco propasado,
Protestaba entusiasmado
De tanta flema y cinismo
Que allí en presencia del mismo
Fuera a la farsa arrastrado.
Con Renjifo a la cabeza
Y espaldeándolo Ramon,
Dieron por fin la funcion
Y al final la petipieza…
En aplauso a la proesa
Del señor Renjifo, en coro
Silvas y naranjas de oro
Le envia la democracia,
A la reina Aristocracia,
Resplandeciente en tesoro.
Entónces la clerecia
De las beatase abrazaba:
Ausilio! Ausilio! esclamaba,
Que cargue la policía!
Con toda la jente impía
Que da tan gran silvatina;
Alcese la guillotina,,
U en defecto el calacuerda
Dése en derecha e izquierda
A toda la chusma indina.
La alteza mui enfadada,
Don Renjifo, hombre de franjas;
Dió órden que a los de naranjas
Den bayoneta calada
Esta, dice, es mi jornada
Heróica y la de mis brillos
El impio Galleguillos,
Serei y demas secuaces
La gran chusma de rapaces
Muere aquí o en los banquillos.
Miéntras se le acuchillaba
Al pueblo libre e indefenso,
El pachá con gozo intenso
En su obra se solazaba;
Ni el herido que clamaba
Su espiritu conmovia,
Porque entre el clero aplaudia
La carga atroz y salvaje;
De Chile el mayor ultraje
¡Baldon de la patria mia!…