LO QUE DIJO UN PROFETA
AL SEÑOR

    Tu brazo airado deten
Mostrad benigno el semblante,
Para que despues levante
Sus muros Jerusalen.

    Jesus con mayor sonrojo
Se apoyó junto a una roca;
Predicó a la jente poca
El por venir i su enojo,
Cumplirá el pueblo su antojo
Con la cruz al sumo bien,
Los apóstoles tambien
Le suplican de tal suerte,
Señor, despues de tu muerte
Tu brazo airado deten.

    Nadie se atrevió a decirle
Cual era la dolorosa,
Meditación tan penosa
Ni ménos interrumpirle;
Por el contrario pedirle
El perdon del orbe errante,
Juan su discipulo amante
Al Creador habló presente,
Mi Dios con el inocente
Mostrad benigno el semblante.

    El misterio i clamoréo
Llegaba en alas del viento,
Penetrando el sentimiento
El dolor con el recreo,
El ambiente a mas deseo
Parece que iba triunfante,
A Galilea distante,
Pues le vieron peregrina,
El eco de Palestina
Para que despues levante.

    Despues que fueron saqueados
Aquellos santos lugares,
Robaron de los altares
Todos los vasos sagrados,
Ornamentos profanados
Dicen los libros que leen,
Fué el horror como lo creen
Dios de eterna Majestad,
Despues reedificará
Sus muros Jerusalen.

    Al fin, lo mas principal
Del orbe fué castigado,
Sin dar licencia El Increado
Herodes dió impulso al mal;
Jericó testigo tal
Jime hasta ahora de espanto,
El culpable en todo cuanto
Lamenta en lo mas profundo,
I en todas partes del mundo
De la iglesia se oye el llanto.

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