Dos muchachos declararon
Aquella escena horrorosa
De la jóven Zoila Rosa
Su cadáver déstrozaron.
La autoridad descubrió
A los que fueron autores
De los mayores errores
I el sitio en que sucedió.
Con preferencia aprehendió
A dos seres que ahí hallaron.
Notaron que divisaron
Un cuerpo muerto insepulto:
Todo esto que estaba oculto
Dos muchachos declararon.
Dijeron que eran sirvientes
Ambos de aquel propietario,
Del crímen del boticario
Ellos eran inocentes:
Espresaron evidentes
Que en la noche tenebrosa
Un tarro con otra cosa
Mandó a uno que arrojara.
Para que se completara
Aquella escena horrorosa.
Añadió el niño, mandó
Pío dándome a saber,
La ropa de una mujer
Que la quemara ordenó:
Un temor se apoderó
En mi mente jenerosa,
La visión le fué espantosa
De los dos al mayor de éstos,
Al que divisó los restos
De la jóven Zoila Rosa.
Esta indagación completa
Es la verdad, no es comedia:
En el tren de diez i media
Un cargador interpreta,
Un cajon i una maleta
Al tren nocturno llevaron,
Pero los dos murmuraron
Que iba sangre en la cubierta,
I fué que a la jóven muerta
Su cadáver destrozaron.
Al fin cuatro se hallan presos
A la voz del juez del crímen.
Cómo estarán los que jimen
En calabozos confesos,
Terminados los procesos
Por lo que ellos cometieron!
En la crueldad que tuvieron
Por ser del alma atrevida;
Sin quitarles Dios la vida
Madre é hija perecieron.
NICASIO GARCIA.